Historia
1932. Bombas volumétricas: «Insuperabile»
RegresarLas primeras bombas volumétricas llegaron a Italia en 1932; dos años más tarde, Bergomi empezó a producir su modelo Insuperabile (o Insuperable); de 1936 surgen las bombas volumétricas de Siliam; y en ese mismo año se aprobó por decreto el primer medidor con pantalla contométrica, importado por el estadounidense Wayne.
Los documentos oficiales de la época registran una ferviente demanda de aprobación de nuevos dispositivos, pero en la mayoría de los lugares la revolución volumétrica tardó en llegar.
Fueron años difíciles para la economía italiana, durante los cuales se desalentó, entre otras cosas, el consumo de combustible, se redujeron al mínimo las importaciones y se puso a la orden del día evitar cualquier forma de desperdicio.
Las bombas con esfera de reloj se introdujeron muy lentamente, comenzando por los lugares más importantes donde cumplían consideraciones de prestigio. Ninguno de los modelos antiguos fue eliminado: simplemente fueron desplazados a ubicaciones secundarias.
Las primeras bombas volumétricas de procedencia estadounidense (y también sus homólogas italianas) tenían la forma de pilastrino y mostraban de forma llamativa el indicador de la esfera del reloj.
Originalmente circular, su forma evolucionó hasta convertirse en un polígono inscrito en un cuadrado o rectángulo, por lo que la llegada del indicador costométrico no trajo un cambio estético tan sorprendente; mientras tanto, la mirilla en el flanco exterior se incorporó a la lógica de la decoración frontal.
La búsqueda de la perfección estética del surtidor de gasolina, que hacía furor al otro lado del océano, tardó en imponerse en Italia. Algunas de estas importaciones extremadamente refinadas llegaron a las calles, pero prevalecieron los productos menos sofisticados de fabricación local.
Sin embargo, las excepciones no fueron pocas, siendo la primera de ellas el modelo Imperiale de Siliam: elegante en su sobriedad, pero contundentemente caracterizado, fruto de ese estilo del siglo XX con el que tan fuertemente se identificaba el régimen.
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