Construcción y materiales

Historia

La forma clásica del anuncio es una esfera aplanada, con dos caras circulares, casi planas, para albergar palabras e imágenes. Pero la tecnología de trabajo del vidrio permitía muchas variaciones.

Especialmente entre la segunda y la tercera década del siglo, se vieron anuncios en forma de óvalos y rombos, y algunas empresas materializaron directamente sus marcas en la forma modelada de una concha, una llama o una corona.

Los primeros anuncios eran piezas individuales de vidrio, elaboradas de forma muy parecida a un jarrón o una lámpara. La cocción en horno hizo que los logotipos y diseños fueran resistentes a la intemperie.

Hacia 1920 apareció un tipo decididamente más industrial, que ya no era de una sola pieza, sino de cinco piezas. Las tres partes metálicas constituían la estructura, las dos de vidrio, en forma de lentes, eran el fondo iluminado sobre el que estaba impresa la marca.

También había anuncios hechos íntegramente de metal: la imagen serigrafiada en las lentes era visible de día, mientras que de noche un sistema de perforaciones perfilaba la imagen con luz.

Otros, todos de cristal, tenían una estructura de anillo opalino que sujetaba las dos lentes. Es difícil trazar una línea de evolución más precisa para estos frágiles objetos. Cada mercado nacional tenía sus propios tiempos y modos.